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martes, 21 de octubre de 2014

Alegrías y miserias del cine español


Interesante artículo de El País que puedes leer aquí

Algunos fragmentos de la conversación:


P. ¿Y la piratería? ¿Qué hacer para atajarla?
E. M.- L. El día que Ocho apellidos vascos empezó a ser pirateada, la taquilla bajó al 50%.
A. R. Durante mucho tiempo han vendido una caja vacía porque te vendían una conexión, pero ¿a qué? A nada. Era para venderte unos contenidos que estaban poniendo otra gente.D. M. La piratería te anula, te mata. Es mentira que no se pueda luchar contra la piratería.
D. M. La piratería es perjudicial para todos pero desde luego no para las compañías de telecomunicaciones.
S. S. ¿Y por qué? Cuando un presidente sale, ¿dónde va? Las teleoperadoras son muy poderosas.
E. M.- L. Hace falta una ley que penalice de verdad, como en EE UU, Inglaterra, Alemania...
D. M. En Alemania te llega una carta advirtiéndote de que has bajado un contenido ilegal y te ponen una multa, la segunda multa es más cara y a la tercera te cortan la línea.
E. M.- L. Lo que no es discutible es que hay que pagar por lo que se ve. Netflix vino a instalarse en España, hicieron un estudio de mercado, vieron lo que se bajaba aquí gratis y se largaron.S. S. Yo jamás criminalizaría al usuario. Son los gobiernos, que son tan necios y tan torpes que han dejado que una generación acceda a la cultura sin pagar.

S. S. El cinismo de la cosa es que hace poco me llevó un taxista en Madrid y va y me dice: “Soy muy fan suyo, señor Segura, me he descargado todas sus películas”. Yo le expliqué al tío que hombre, que si era tan fan mío podría... Y me dice: “¡Pero qué más le da a usted si ya gana usted en el cine!”. Fue imposible convencerle. A las cuatro semanas volví a coger el mismo taxi y era justo cuando lo de Uber. “Hombre, ¿qué tal, cómo ve eso de Uber?”, le digo. “Hay que matarlos a todos”, dice él. Fue entonces cuando empezó a entenderme.

E. M.-L. Yo creo que, más allá de estas cuatro películas apoyadas por televisiones privadas, pensar que eso va a marcar el camino es una locura. Tiene que haber un tejido industrial, y ha de estar favorecido por el Estado. No tengamos vergüenza: el cine ha de estar subvencionado, coño, como un montón de industrias, como la automovilística y otras muchas.
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